Alguna vez te has preguntado si ¿tu proceso de selección ha sido imparcial o por el contrario tus perjuicios o intuición han jugado un papel importante a la hora de escoger un candidato? a lo segundo lo llamaremos sesgos cognitivos.
¿Qué es un sesgo cognitivo?
El término se refiere a los errores de pensamiento y percepción que se dan de manera sistemática e influyen en las decisiones que los seres humanos tomamos. Cuando percibimos, pensamos, recordamos o juzgamos; nuestro razonamiento se ve influenciado por presuposiciones inconscientes
Existen diferentes tipos de sesgos durante un proceso de selección: aquí algunos de ellos…
Basados en creencias
Algo no nos gusta porque no nos sentimos identificados con el candidato o es descartado porque agrupa características que se enfrentan con nuestros prejuicios.
Ø De memoria
Este sesgo se da después de leer el currículo o tras la primera entrevista, en la cual puede dar información poco relevante y distorsionar la información que nos permita identificar su estilo y comportamiento frente a alguna situación particular.
Ø Basados en estereotipos
Ocurre cuando tenemos una breve información del candidato y generalizamos o lo asociamos a determinados comportamientos o maneras de ser.
Ø Comparativo
Este sesgo se produce cuando se elige un candidato porque entre las 2 opciones es el que más nos gusta, puede existir afinidad por la experiencia, formación y aptitudes.
Ø Extraordinario
El entrevistador da más valor a un candidato porque tiene algo que lo hace único, pero esa cualidad no tiene relevancia alguna con el puesto al que está postulándose.
Ø Efecto Dunning-Kruger
Se genera cuando el candidato considera que es más inteligente y con mejor preparación que los otros candidatos, el reclutador debe desarrollar la habilidad de discernir sobre la veracidad de la preparación de dicho candidato.
Pero tenemos buenas noticias, existen diferentes maneras de evitar estos sesgos de selección:
- Reconoce en cuáles sesgos acostumbras a caer, trata a cualquier candidato con la misma predisposición y con los mismos criterios.
- Deja a un lado los datos o información que recibiste por medio de su currículo o en sus redes sociales, debes concentrarte en el candidato.
- En la entrevista no hagas preguntas referentes a valores o aficiones comunes con el entrevistado, concéntrate en el puesto.
- No debes generalizar, da mayor valor a las competencias y actitudes que evidencia el candidato.
- Deja que se exprese, no guíes las preguntas esperando recibir ciertas respuestas.
- Toma un tiempo pertinente para considerar a cada candidato y no te dejes llevar de tus emociones.
En conclusión, los sesgos cognitivos son caminos que nuestro cerebro utiliza a la hora de tomar decisiones de manera rápida, pero esto puede ser contraproducente, así que pon en práctica los pasos mencionados anteriormente para que logres evitar sesgos de selección.
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